El mejor y el peor

Les contaré sobre el mejor y el peor tipo durante este tiempo que estuve desaparida. Como corresponde, empezaré por el peor.



El peor chabón: Vos, que pensas que la tenés chica, tenés una longaniza en comparasión con lo que tenía este pibe. Asumo que se debe tratar de algún tipo de patología, porque ese pito muerto tenía la medida de la falange de mi dedo gordo. Tan chiquito, que había que lamerlo tipo conchita.



Mientras hacíamos un 69 (y sí, con eso el flaco no podía pensar en coger), yo pensaba que tal vez, después de todo, sí existía la reencarnación; y el tipo en otra vida había sido Attila. Eso explicaría muchas cosas.

El mejor chabón: La versión femenina de la minita que está re buena y quiere coger, pero habla y se te baja. Un chico que vino a casa en medio de la noche y estacionó su Megane sobre una cuadra oscura. Durante lo que duró la cita, se la pasó hablando de "si el auto estaría todavía donde lo dejó" y yo me preguntaba por qué carajos no lo había dejado en un estacionamiento. Después de hacerse el duro, cogiendo fuerte durante 40 minutos, llega al borde del llanto al notar que en pleno garche se le rompió el forro. ¿Estás segura de que no tenés nada? ¡Horror, horror! Pero, después se acuerda de que todavía no acabó, y le sigue dando.

¿A ver si está el auto? son sus últimas palabras antes de irse.