El tema fue así: hacía días que le daba poca bola a Fede 25 (mi actual novio), pero esto no se debía a que estuviera mal con él o que no lo quisiera ver, para nada. Durante los últimos días, estuvieron surgiendo algunos proyectos personales: reuniones, llamados, etc. y simplemente no le di bola. Toda esta situación lo hizo sentir muy mal; él pensaba que yo no quería estar más con él y venía re bajoneado.
Finalmente, ayer me llamó cuando yo estaba en casa con mi amiga Marie. Una amiga que, al menos en personalidad, es mi alma gemela; le gusta todo lo mismo que a mí. Le digo a 25: venite que te enfiestamos. Él viene, totalmente desconfiado.
Pasa un rato en el que, uno pensaría que alguno de nosotros se echó para atrás. Nos ponemos a mirar mi colección de libros antiguos, nos reimos, entramos a páginas con avisos graciosos. Fede 25 juega con mi pelota gigante para pilates.
En un segundo, le digo a mi amiga que se acerque. Nos besamos. 25 debe estar pensando: OH SIIII. Siempre quise hacer algo así con un novio, pero soy muy celosa. Marie, es como si esto lo supiera de toda la vida y se limita a tocarlo sólo cuando yo le digo. Quiero darle mucho placer a ella, le dice a mi novio, y al unísono se ponen a chuparme cada uno una teta.
Pasamos a la habitación. De repente, tengo a mi novio chupándome la concha y a mi amiga comiéndose mis tetas y *no recuerdo* haber sentido tanto placer en los últimos meses. Durante las horas que siguen, le chupamos la pija entre las dos y hasta lo dejo que se la coja un rato mientras ella y yo nos besamos.
Logramos algo que había hecho sólo una vez, con una chica que ni siquiera me gustaba; algo que ansiaba repetir: mi amiga se sienta sobre la cara de mi novio, yo lo cabalgo mientras ella y yo nos besamos. Una imagen para guardar de por vida.
Son casi las nueve de la noche y todos tenemos que volver a nuestra vida: Marie se va a su casa, 25 y yo reservamos entradas para el teatro. Mientras mi novio está en el baño, sin embargo, Marie me abraza y me pide que nos quedemos "así" un ratito más.
La acompaño a la puerta. Espectacular, le digo; no me dio celos ni por un segundo; GRACIAS por no besarlo, eso sí me habría jodido.
Ella se ríe, tiene los ojos medio desorbitados. Nos damos un beso chiquito en la puerta y se va, toda bonita.
Trío maravilloso
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novio enfiestado como nunca