Fede 02: Evacuación y éxodo

Si no le encontrás defectos, agarrate, boluda -me había dicho la Lovejoy-, esos son los peores.

Sábado, 21.40 hs: Fede 02, quien supuestamente estaría llegando a mi casa a las 22.00 hs, me manda un mensaje por MSN avisando que va a salir a comer empanadas con unas amigas antes de venir a verme. Llego *un toque* más tarde, me dice.

Un toque, pienso yo. Pero ni saliendo de su casa ahora llegaría a la hora antes fijada; si encima va a comer algo, por más breve que sea la salida, llegará tipo 12.

Si querés medias de liga, pedilas, le había dicho yo. Y él las había pedido.

A las 23.30, estoy acostada en el sillón del living en mi vestido diminuto y mis medias de liga cuando recibo un SMS de Fede 02 pidiéndome *nuevamente* la dirección. Qué bueno, pienso yo, ya debe estar viniendo. Sin embargo, pasan 40 minutos y ni noticias de Fede 02.

00.10: SMS. ¿Dónde estás? Estoy pagando, responde. En cinco minutos salgo para allá.

Pasada la una -yo ya estoy dormitando en el sillón- suena el timbre. Nos saludamos con un pequeño beso; él me dice qué linda que sos. Apenas entra a casa me pide de pasar al baño.Los hombres suelen hacer pis en 2 minutos, sin embargo Fede 02 tarda más. Incluso me parece un poco raro, pero no digo nada. Vamos al living. Tenemos que hablar, me dice. Me lo dice con tanta seriedad, que sonrío y le respondo: no viniste acá un sábado a la 1 de la mañana para *hablar*, ¿no?

Esto se tiene que terminar, me dice. Le parezco una chica *agradable*, *copada* y demás adjetivos que las mujeres odiamos que los chicos que nos garchan usen para describirnos. Me dice que *a esta altura de su vida* está buscando algo más.

Esto empezó mal, me dice. Yo entré a tu blog, dije es una chica linda, es fácil, démosle para adelante. Nos vimos y de una nos fuimos a garchar. Ya la encaramos mal, Lu; me dice.

No me gusta el puterío que se armó con Fede 02 en tu blog, continúa, y el kilombo que me armaste la otra vez porque salí con una mina...nosotros recién nos conocemos y lo único que hacemos es garchar y no da porque me doy cuenta de que te estás enganchando y yo, la verdad, no siento nada.

Le pregunto si *realmente* fue a mi casa para decirme eso.
Sí, me dice, porque quería decírtelo mirándote a los ojos. ¿Qué pensás? Puteame, si querés, porque no quiero irme y que te quedes mal, llorando.

Me siento encima de él y lo empiezo a besar. Las razones son obvias: nadie se va a la casa de una chica en medias de liga para decirle que no se la quiere seguir garchando; me debe estar histeriqueando, pienso. Sin embargo, no me devuelve los besos.

No, Lu; en serio.
Pero ya que te viniste hasta acá, quedate conmigo, le digo.
No, porque vos no querés coger hoy, vas a querer coger de nuevo el sábado que viene...y el otro.
Yo no sé qué voy a querer hacer el sábado que viene o dentro de diez minutos. Pero ahora estás acá, me gustás y creo que yo también te gusto -obvio, me dice-, entonces quedate.

No, Lu, me repite. Además me siento mal, me cayó mal la comida.Le paso su campera y me abrigo para ir a abrirle.Sos una persona muy linda, me dice al despedirse. Me pone las manos en el cuello y me besa el cachete.

De vuelta en el living, paso 10 minutos deliberando qué hacer. Las opciones son: pasar el resto de la noche comiendo flan Ser y hablando con la Lovejoy, llamar a Fede 01 y bancarme su depresión post-coito o llamar a Fede, que me había invitado a salir el jueves pero yo lo había rechazado por Fede 02.

Antes de hacer cualquier cosa, quiero jugarme la última ficha por Fede 02. Lo llamo. ¿No querés volver? le pregunto. Hablamos un rato más, vemos una peli, cualquier cosa, pero no me quiero quedar con esta sensación fea. No, Lu, me responde. El finde que viene, te prometo, pero hoy en serio me siento mal. O sea...¿viste que apenas llegué a tu casa pasé al baño? Bueno, no quiero quedar grosero, pero para pasármela cagando, la verdad no da.

Llamo a Fede. Estoy con unos amigos, me dice. Te pasamos a buscar en 20 minutos.


Ya estoy vestida, contándole a la Lovejoy que un tipo vino en medio de la noche para cagar en mi baño y decirme que no quería volver a garcharme. Mirá en qué circunstancia me vengo a dar cuenta lo forro que sos, pienso. Pero me tocan el timbre y no tengo tiempo para tipear mucho.

Chau, me tocan el timbre.