Ciclo RL retro

El Roommie: segunda entrega

Durante la semana, el roommie me agrega al MSN. Me dice que la pasó increíble, que me quiere volver a ver, pero que va a tener que ser a espaldas de Fede 01; ya que el mismo quedó altamente traumado por la inopinada tricota.

Me invita a lo de un amigo suyo que vive cerca de su casa. Es verano, voy después del trabajo con un pantalón clarito y una musculosa. Pasamos unos diez minutos bastante extraños, los tres sentados en la mesa tomando gaseosa Córdoba y hablando de la vida.

Sin exordio alguno, el roommie me toma de la mano y me mete en la habitación. Me desviste y le entramos a dar. No sé si es el formato del ganchito o qué, pero el roommie me hace gozar como una hija de puta; mucho más que Fede 01(mucho más que tantos con la pija derecha).

Dejá que se prenda el DDC (dueño de casa), me dice. Me niego.
La verdad es que DDC tiene muy lindo cuerpo; pero su nariz es demasiado grande y además, como todo hombre con el cuerpo trabajado, promete un pirulín minúsculo. Vuelvo a decir que no.

Sin embargo, DDC se mete en el cuarto en un momento en que el roommie me tiene recontracaliente y logra prenderse sin problema. Mirá qué linda que es, le dice el rooommie, mirá como le gusta.

Qué desperdicio, pienso mientras estoy arriba de DDC, apenas se siente. Tanto lomo al pedo, pensar que hay cada termo con barriga y la cara de Tevez dando vueltas por ahí.

Volvemos al living y tomamos algo Yo estoy roja del garche y el calor.
Hoy comienza una muy buena amistad, dice el roommie, moviendo su vaso de Córdoba. Yo, la verdad, lo dudo.

Me acompañan los dos a mi casa, a unas cuadras de ahí. Los dos me abrazan y me besan contra la pared de mi edificio.

Será nuestro pequeño secreto, dice el roommie en actitud sobreactuada de winner.

Sí, sí; le digo.

Ciclo RL retro: Episodio 1

El roommie: post homenaje.

Este finde recibí un mail del roommie con intenciones garchativas. Obviamente, no le respondí; pero decidí honrar su memoria con este post, que además constará de dos entregas.

Primera parte:

Diciembre, 2006.

Recibo un mail de Fede 01. Me dice que me estuvo llamando al celu, sin éxito (claro, lo cambié y no le avisé) y me deja su número.
Yo llamo; pero no me atiende él, sino el roommie. Noto algo extraño en su voz, como un intento de confidencialidad, un deseo de compartir algo sólo con él. De todos modos, queda en avisarle a Fede 01 y pronto recibo una invitación del mismo.

Onda amigos, me dice 01 por teléfono, con la misma sinceridad con que nosotras solemos decir sos el que mejor me cogió. Voy a su casa con mi pollerita de jean y top rosa y zapatillas plateadas.

Fede 01 me abre la puerta y me abraza con una calidez que me sorprende. Entramos en su departamento y hablamos de nuestras vidas ahora (hace como un año que no nos vemos) y recordamos también "viejas épocas". Quiero sacarle una foto con mi celular, pero no me deja. Me dice que él no se saca fotos.

¿Cómo que no te sacás fotos? le pregunto. Yo tenía una foto con vos.
Imposible, contesta; no puede ser (qué dirá, si encima le cuento que la tenía en un "catálogo de hombres" tipo fichero)
Sí, le digo; y me paro. Lo hago pararse a él también.
Estábamos así, mirá; me pongo de espaldas a él y paso sus brazos por mi cintura. Con mucha seguridad, me da vuelta y me besa. Con ganas. En dirección a la cama.

Me va desvistiendo en el camino y me echa un esmerado polvo (les estoy hablando de Fede 01, el chico que quedó fuera de la federación por su "depresión post-coito", que muchas veces era "pre-coito" cuando no "IN-coito"). Me echa dos más seguidos.
Finalmente caemos en la cama, medio destruidos.

Vos viniste con la idea de garchar, Luli, me dice en ese tono mitad afirmación- mitad pregunta.
Es "Lulú", le digo. Y si hubiera venido con la idea de garchar, habría traído plataformas, no zapatillas.

Los tipos no entienden nada.

Desnudos y transpirados como estamos, escuchamos entrar al roommie al departamento. Fede 01 corre a vestirse para recibirlo. Yo también me visto en un segundo y voy al living.
Uy chicos, los interrumpí, dice el roomie Perdón, si quieren me voy y vuelvo en un rato.
No, no, por favor, está todo bien; le decimos sin sinceridad. Él se queda.

Más tarde, el roomie me diría con sus propias palabras lo que en ese momento entendí: desde que conocí a Fede 01 y al roommie, el segundo había estado con una calentura no realizada por el hecho de que yo me garchaba a 01 y él a una amiga política.
Como si supiera lo que opino de los masajes (me gustan casi tanto como el sexo). lo veo acercarse con un tarro de crema. Miro a Fede 01 y este me hace un gesto de aprobación. Besala, le dice al roommie.

El roommie me besa mientras me saca la ropa para pasarme crema por el cuerpo y hacerme masajes. Me lengüetea como no lo había hecho Fede 01, mientras 01 también se desviste y se prepara para la inesperada tricota.

Me doy vuelta para ver al roommie, que ya está completamente desnudo y descubro algo que me llama la atención: tiene el pene como dobladito. No digo nada. Los tipos son tan acomplejados con su pija, que si digo algo podría traumarlo para siempre. Escucho la carcajada de Fede 01.

¡Roommie, enderezá eso!

a pesar de ese risible episodio, la tricota se desarrolla con naturalidad. Me echan 5 entre los dos; el roommie es el que más labura, lejos. Al final de la velada, Fede 01 directamente abandona la escena para volver, dispuesto a bajar para abrirme la puerta.

Yo me quedo un rato más sentada en el living, porque justo recibo un mensaje de una amiga. Fede 01 empieza a mostrar los síntomas de su depresión post- coito.

Le contesto lacónicamente a mi amiga, agarro mis cosas y bajo con 01. Está traumadísimo.

Esto está mal, Luli.
Es "Lulú".

Está muy mal. No deberíamos haberlo hecho. Mi vida es un desastre, Luli.
Lulú.
No va para ningún lado. No tengo rumbo.

Bueno, nos vemos; le digo.
Me saluda con un beso en la mejilla y sube con su trauma de vuelta a su casa.

Fede on Fire: Segunda parte.

Pongo el CD y Fede on Fire me mira danzar, en boxer (buen boxer, btw). Lo veo mirarme sin pestañar y todo sigue su curso normal hasta que me tiro al piso y empiezo a hacer movimientos ondulantes de pelvis y tetas.
Lo veo acercarse, le digo que me deje terminar el baile, pero me besa y me toca la concha. Después se disculpa y me pide que continue.

Termino de bailar, tomo un poco de coca y a los dos segundos nos estamos besando de nuevo.
Fede on Fire me coge en un polvo eterno (otra que "como si no hubiera un mañana") y después de hacerme acabar ya-no-sé-cuántas veces, tengo una suerte de súper orgasmo volcánico, de esos de los que tenés dos o tres en toda tu vida, tan largos y fuertes que no sabés si te estás muriendo o haciéndote inmortal.

¿Te das cuenta lo que me está pasando? le pregunto. Él no sabe de qué carajo le estoy hablando.
Mirá, le digo; me paso la mano por la concha (aún con su pija clavada en ella) y lo embadurno con mi leche espesa. Él me admira, atónito.

Suena el teléfono. Él se levanta para atender con la pija parada.
Le dice a su amigo que "vaya al grano" y le diga qué necesita, pero se ve que no entiende la indirecta y se cuelga a contarle toda su vida. Yo tomo su celular y, con la pija de Fede on Fire en la boca le digo a su amigo que la haga corta.

- Aéa oa
- Epa, ¿¿qué tenés en la boca??

La conversación concluye, volvemos al sillón y chupo la pija de Fede on Fire como si fuera de caramelo. La idea es hacerlo acabar así, pero al ratito me caliento de nuevo.

Papi, le digo, ¿te jode si te cojo un rato?
Por suerte no le jode.

Un rato más y así se nos está pasando toda la tarde. A eso de las ocho de la noche, directamente pasamos a la cama. Ahí me da un poco de costado.
Se hacen las diez de la noche. Lo abrazo y casi me quedo dormida.

Te quiero ver de nuevo antes que te vayas, le digo cuando estamos juntando nuestras cosas para irnos (Fede on Fire tiene programado un viaje a Europa)
No sé, Lulú; me responde. Vemos.

Salimos del edificio y caminamos abrazados hasta la parada del colectivo que me dejará en lo de mi amiga Grace. Me tomo el primero que pasa, pero bajo al descubrir que ese es el que va para el otro lado.
Fede on Fire sigue allí. Le doy un beso, le digo que esa no era la parada de mi bondi, que tengo que ir a tomarlo a la plaza.
Asiente con la cabeza y se queda donde está.
Bueno, está bien, no tiene por qué acompañarme; pienso. Me voy.

Cuando estoy por tomarme el colectivo, recibo un mensaje suyo. Lo llamo, a ver qué pasa.
Sos una boluda, me dice; yo te bancaba hasta que te fueras.
Te dije que esa no era la parada, le contesto. Te di un beso y te avisé.
Pero yo pensé que decías que te tomabas el próximo.
No, papi, te dije que me lo tenía que ir a tomar a otro lado.

Pero yo te esperaba, boluda.
Todo bien, Fede, en serio.

La verdad es que me duele hasta el pelo. Pero, ¿quién me quita lo garchado?

Fede on fire: Primera parte

(Nota: Importante ver definición de "se prende fuego" en el Lululario.
Gracias. )

Si tuviera el ego de un célebre literato que no soy y en mi barrio no me reconociera ni el verdulero, diría que Fede on fire es mi "groupie". Sin embargo, apártame Alá de las pretenciones estúpidas de escritores con barriga y poca pija. Puedo decir de Fede on fire, simplemente, que se prende fuego.

Apenas subimos al ascensor que conduce a su piso, me dice Sos mucho más linda en persona que en foto y me besa.

Por fin, pienso. Después del negro que no besaba, acá tengo un rubio que me recibe a lengüetazos. Oh sí.

En su departamento, me sirve coca light y nos sentamos en los sillones a hablar sobre mi ex laburo mientras una gata (o debería decir "otra gata") recorre el lugar.

Me levanto para tomar una de mis tarjetitas rosa de la cartera y cuando él se levanta también para recibirla, noto que se encuentra altamente empalado.
Ah bueno, veo que el tema de mi ex laburo te re excita, le digo.

Vos me excitás, boluda; me dice.

Medio que lo tiro sobre el sillón y nos empezamos a desvestir mientras nos besamos. Mete la cabeza entre mis tetas y me dice que lo voy a asfixiar.
Le desabrocho el cinturó y cuando pela finalmente la pija, me dice No será un termo, pero...
Sin duda, conoce muy bien mis blogs.

Te quiero chupar la concha, anuncia. Me pone en cuatro y primero me lengüetea toda la cola. Después me dice que de vuelta y me siente y ahí continúa cunnilinguleando.
Me doy cuenta que rompo mucho con la importancia de que me chupen la concha y después, cuando me lo hacen, a los dos minutos quiero que me la pongan. Pero qué jodida que soy.

Fede on fire está sentado sobre el sillón y me dice: Cabalgame como si no hubiera un mañana. Le digo que no sea hijo de puta, que no me haga reir. Pero le hago caso.
No tanto, en realidad, porque algo ocurre y ese primer polvo es por demás precoz. Apenas cambiamos posiciones y me da en cuatro, cae rendido sobre mi espalda mientra se disculpa por la brevedad del asunto.

Le digo que no hay problema. Y lo digo en serio.

Tomamos más coca y hablamos un ratito más a plena franela. Fede on fire es un diez besando. No sólo eso, tiene boca altamente calentante; todo él se prende fuego. Es rubio, más blanco que yo, tiene ojos claros y unas facciones y una piel envidiables. Ni siquiera me gustan los rubios, pero este se auto-parte.

Felizmente, no pasa mucho tiempo para el segundo dust de la tarde. Esta vez sí lo cabalgo como si no hubiera un mañana y al día siguiente confesaría que de tanta fricción le depilé las piernas. Recién durante ese revolcón me hace acabar...una, dos, tres veces.
Durante el franeleo poscoital, me levanto para recibir un sms de Fede, a quien respondo Estoy garchando. Fede me responde que ojalá me chupen la argolla como yo me merezco y que si le respondo es porque estoy con un chongo del horror.

No le respondo, obvio.

Cuando vuelvo a sentarme al lado de Fede on fire, él me dice Aprovecho la interrupción para decirte que estás re buena.

Nos quedamos medio reventados en el sillón, hasta que yo me visto y anuncio que le voy a bailar.

Oh sí.





Fede 20 cm: Segunda parte

No me llama la atención al principio: está demasiado vestido. Hasta gorro tiene. Sin embargo; su acento, que hable de me resulta altamente estimulante. Me cuenta que es de Colombia y yo le saco el tema de "La virgen de los sicarios". Yo leí el libro y el vio la película.

Me pregunta cómo llegué a la fiesta y le digo que por los chicos. Que me invitaron a la radio, que a partir de junio voy a tener un espacio semanal fijo en el programa.

Sobre qué va a ser, me pregunta, y le cuento del blog.

Me dice su nombre: Fede 20 cm. Le pregunto de dónde sacaron sus padres un nombre tan copado y me cuenta que del directorio telefónico.

*Otro chico* se me pone a hablar mientras espera para entrar al baño. Me cuenta que las mujeres no valoran la caballerosidad. Le digo que pienso lo contrario, que es algo que cuenta mucho. Él me pregunta si Fede 20 cm es mi chico y le digo que no.

Decile que soy tu Fede, me corrige 20.
Todo bien, responde el pibe, antes de desaparecer en la multitud.

Oye, ¿tienes preservativos? pregunta Fede 20.

Yo aprendí mi lección. Después del sufrimiento del finde pasado, con Fede 19 y Casi Fede 02, llené mi cartera de condones. Le digo que sí.

Pues mira, ahorita podemos ir a mi casa; me invita. ¿Quieres? Vivo allí arriba, dice mientras me señala un departamento.

Llegamos al lugar y me muestra su departamento. Tiene mucha onda, ojalá yo viviera en un lugar así.

Fede 20 cm es músico y tiene una habitación llena de instrumentos. Mientras juego con uno de ellos, me levanta la pollera detrás de mí y comienza a frotarme la pijota negra contra la tanga. Me doy vuelta para besarlo, pero cuando estoy por hacerlo, oh vengativo Señor.

Yo no doy besos, me dice.

Claro, entiendo; respondo, mientras me acomodo la ropa y agarro mis cosas.
¿No te gusta si no te beso?
No, respondo.
(...)
Bueno, pero no te vas a ir...

Entramos en su pieza y me muestra las pocas cosas que tiene. Basicamente, un colchón y unas revistas.

Nos acostamos en el conchón, él a lo largo y yo a lo ancho, a sus pies, boca abajo. En algún momento, se me acerca, vuelve a levantarme la pollera y comienza a masajearme el ortho.

¿Si no te beso no te vas a calentar? me pregunta, pero yo ya estoy jadeando. Me da vuelta y me chupa las tetas; tengo ganas de chuparle la pija, pero no lo hago. No puedo petear a un tipo que ni siquiera me besa. A mí me gusta mucho la poronga, pero tengo mi dignidad.

Me empieza a coger en cuatro y su gran pija se siente increíble.

¿Te estás viniendo? me pregunta. Eso me distrae un poco pero, felizmente, sigue.

No es un polvo muy largo, pero es tan bueno que me deja temblando y mordiendo la almohada.

Mientras estoy ahí tirada lo veo bien. Tiene rastas y su cuerpo es todo negrito, naturalmente marcado. Halago su físico y le digo que no debería taparse el pelo con el gorro.

Gracias, me dice mientras se viste. Tú me dices esas cosas y me haces sentir bien.

Volvemos a la fiesta. Nos quedamos un rato más juntos, charlando. Le pregunto si algún día me va a dejar besarlo y me dice que no. Me pregunto si alguna vez se habrá agarrado mononucleosis, o qué.
Me abraza cuando nos despedimos. Nos vemos, dale; le digo.

Oye, ¿no tienes otro preservativo? me pregunta.

¿Para qué?
Para tener, me responde.

Me río.

Es amigo de los chicos, me cae bien y es negro.
Saco uno de la cartera y se lo doy.


Desaparezco en la multitud.

Fede 20 cm: Primera parte

Fiesta en la casa de unos amigos. Tengo leche acumulada de toda la semana y escasas esperanzas de liberarla. Estoy en la barra, junto a Fede 16, que está haciendo tragos. Salvo él y QQF, no conozco a nadie ahí.

O eso creo.

Veo a lo lejos la silueta de una mina que enseguida identifico como una ex compañera de trabajo. De los laburos y de las relaciones siempre se sale para el ortho; el perfil egipcio de la mina, su inconfundible falta de masa muscular superior delantera y su flequillo so yesterday me dicen que es imposible que se trate de una confusión: es ella. Y la puta madre que lo parió.

De todos los lugares que hay para salir en Buenos Aires, me la vengo a encontrar justo acá, justo en la casa de mis amigos.

Capaz no me ve, pienso. Estoy con otro tipo de ropa, arreglada diferente, hay bastante gente en la fiesta y mido un metro y medio (ella mide aún menos); las probabilidades de que me vea son escasas.

Sin embargo, Dios, si existe es flor de sádico; la mina se me acerca.

¡Lourdes! grita hiper fallutamente.
¡¡Qué hacés, boluda!! falluteo aún más.
¿¡Qué hacés acá!? Mirá dónde nos venimos a encontrar, ¡qué flash!

Le cuento que soy amiga de los chicos, que me invitaron a su programa de radio y que escribo sobre sexo.
Ay, ¡sos como Alessandra! me dice. Y enseguida se le acerca otra ex compañera de laburo. Casualmente, la que -me enteré- tuvo que cargar con el muerto cuando yo renuncié de un día para el otro. Lo lamento por ella, si mantiene un laburo de mierda no es mi culpa.

Hola, me dice con odio.
Qué tal, respondo, con menos entusiasmo. Me doy cuenta por la forma en que me mira que le gustaría cagarme a piñas. O al menos preguntarme por qué desaparecí así (porque es un laburo de mierda, flaca; ¿por qué va a ser?), pero no me dice nada. Todavía.

Para calmar un poco los ánimos, halago su vestido.
Gracias, me dice. Lourdes, ¿conseguiste otro trabajo?

Esta gente no sabe una mierda de mí, pienso. No sabe que mis amigos me llaman Rubia o Lulú o Lulu, en el caso de Fede. Ni siquiera sabe que me entra una cabeza en la canaleta de las tetas, porque para laburar siempre uso corpiño reductor.

Estoy trabajando en empresas, respondo; e inmediatamente me doy vuelta y me meto en la cocina. Justo lo que quería, pienso, encontrarme con estas conchudas y que me pregunten por el laburo.

En la cocina descubro a una amiga de los chicos. Le cuento lo que me acaba de pasar y mientras me escucha, casi puedo leer en su rostro la pregunta: ¿Por qué esta mina me cuenta todo esto? ¿Se cree que me interesa?

Finalmente, dejo de torturarla y salgo de nuevo al encuentro con mis amigos. Esta vez en un ángulo desde el cual mis ex compañeras no puedan hablarme. Sin embargo, me siguen mirando. La que tuvo que cargar con el muerto, sobre todo.

Cual Deus ex machina se acerca Fede 20 cm, quien en esos momentos intercambia algunas palabras con QQF.

Es mulato. No es el negro de "Raíces", pero definitivamente es lo más cercano a un negro que tuve a garching distance.

Lo mato.

Dormir o coger, es la cuestión.

"A man will always trade sleep for sex"
Jerry Seinfeld.

Esta semana estuve durmiendo para el ortho, lo cual repercutió ampliamente en mi (ausencia de) vida sexual. Cada uno de los días, me encontré rechazando tentadoras y no tan tentadoras invitaciones a recibirla, debido a que prefería irme a mi casa a dormir, antes de coger en ese estado.

Como comentaba en el post anterior, no puedo coger cuando quiero dormir. A diferencia de Seinfeld, y pese al gran amor que todos saben que siento por la pija, no puedo negociar sueño por sexo.

Lunes: Estoy en el centro al mediodía y recibo el llamado de Fede 12, el chico que vive con su familia y aprovecha cada vez que su hermana sale a pasear a Sultán para invitarme para un "rapidito".
Tengo buenos recuerdos de 12, hacía maravillas con la lengua; pero me acosté a las 3 y me desperté a las 7, no hay cosa en el mundo que desee más que mi futón para dormir la siesta. Forget it.

Martes: Por la noche, un sujeto me ofrece enseñarme a meterme una pija enorme en la garganta. Declino la oferta, esta vez no porque tenga sueño, sino porque es algo que pienso dejar para más adelante. Cuando pase, es probable que no escriba de eso en el blog, porque me resultó un tipo piola y qué feo inmortalizarlo acá, en función de su pija. Pasemos al miércoles.

Miércoles: Fede 08 me había invitado a su oficina a enfiestarme con él y con 09. Por más tentadora que me pareciera la propuesta, al llegar a casa al mediodía con apenas 3 hs de sueño encima, me desmayé sobre el futón y me desperté a las 5 de la tarde.

Jueves: Un chico igual a Ricky Martin que está ansioso por federar me invita a tomar algo. Quedamos en hablarnos para arreglar los detalles, pero llegado el momento, estoy tirada sobre el colchón, babeándome.

Predicción para el viernes: Los chicos de la radio me invitaron a una fiesta. Vaticino que llegaré a la misma con la leche saliéndome de las orejas, que me voy a querer aparear hasta las botellas y que nadie en el lugar estará in the mood for it.

Fede 19: Vamos a tragar, mi amor.

Domingo, 07:00 del amanecer: Estoy durmiendo plácidamente, cuando suena mi celular. Es Fede 19.

Me encantaste, me dice. Estoy re al palo.
Yo estoy re dormida, le contesto.
Me pregunta si puede venir a dormir conmigo.

Claro, no me conoce. No sabe que mi relación con los hombres se limita a coger y no incluye dormir. Dormir, se duerme solo. Tampoco sabe que no me gusta coger dormida después de aquel novio (el que le gustaban los trabas) que encontraba encima mío, jadeando, cada vez que abría los ojos.

Fede 19 insiste, así que le digo de vernos esa misma noche (que me deje dormir, la concha de la lora). No pienso, en esos momentos, que el hombre carece de proyección en el tiempo. Para el hombre sólo existe el ahora. Ahora se me paró la pija. Y eso es todo lo que entienden.

Cuando llego a su casa esa noche, me atiende casi como si fuera una amiga. Mejor dicho, me trata como si no fuera a pasar nada entre nosotros. No me toca cuando habla, él está en una silla y yo en otra. Es todo muy raro.

Finalmente, aprovecho que 19 está hablando por celular para subirme encima de él en la silla y empezar a morderle el cuello. La idea era chuparle la pija mientras continuaba con la conversación, pero el muy corta mambos termina de hablar al instante. Me besa y sumerge la cabeza entre mis tetas.

Vamos a la cama.

Apenas apoyo mi boca sobre la pija de 19, él me avisa que está por acabar (ah buah). Así que, simplemente se la chupo hasta que acabe. Me pregunta si me tiene que "avisar" y le digo que no. Cuando siento su leche en mi boca, le muestro como hago espumita y luego la trago.

Como ya saben, no es algo que suela hacer, andar tragando. Pero la leche de 19 no brota cual huracán, onda Fede 08, que encima tiene la costumbre de apuntarme al ojo. No, 19 tiene leche de baja presión y no tiene feo gusto.

Luego de semejante hazaña, imagino que me va a decir algo. Algo del estilo de Oh sí; en fin, cualquier cosa salvo lo que le escucho decir: ¿No hace mal tragar eso?

Después, un polvo decente: me pide que lo cabalgue y me lo cojo como si no hubiera un mañana. No dura una barbaridaaad, pero me da tiempo a acabar dos veces, oh sí oh sí.

Ya a la tercera, me coge de costado. Esta posición parece excitarlo mucho, por lo que nuevamente, acaba en un santiamén. Como no me da tiempo de nada, me pajeo mientras me chupa las tetas y acabo enseguida. Fede 19 parece sorprendido.

A muchas mujeres les cuesta lograr lo que vos hacés en dos minutos.
Me gustaría decirle algo constructivo al respecto, pero sigo gozando, así que ni sé qué digo.

Me habla de hacer tricota con Casi Fede 02, con un entusiasmo que me hace pensar que ansía chocar su bolsa contra la de 02. Le digo que me avise.

Me acompaña a tomarme un taxi y nos despedimos como buenos amigos.

Fede 19 y Casi Fede 02: Tercera parte

Me subo encima de 19 y lo cabalgo como si no hubiera un mañana, mientras el me besa y me escupe la cara (?). No dura una barbaridad, pero le perdonamos la vida.

Mientras estamos desnudos en el sillón, entra un pibe con su novia. Pasan rápido para el fondo tapándose los ojos, no sea cosa que puedan ver una teta o una pija, no lo permita el Señor.

Yo asumo lo que me parece obvio: que el pibe y la novia vienen a ponerla en uno de los cuartos libres del depto. Grande es mi sorpresa, entonces, al notar que abandonan el mismo luego de escasos cinco minutos.

Eso sí que es ser precoz, le digo a Fede 19.

Seguimos franeleando en el sillón, pero resulta que no hay más forros. Le hago a Fede 19 una super turca y estoy en el baño limpiándome su leche de mis tetas cuando irrumpe Casi Fede 02.

¡Estoy desnuda! le grito antes de que entre.
Qué fuerte que estás, me responde, ya dentro del baño.
Le pregunto por su novia.
Está arriba, me responde mientras me besa; le dije que iba al baño.
Y en efecto, viniste al baño, le digo.

Vamos al living. Me siento en el respaldo de un sillón con las piernas abiertas a la altura de su pija, pero no hay forros. Sin embargo, nos seguimos besando como si fuéramos a coger ya y como si la novia de Casi Fede 02 no estuviera en la terraza, esperándolo.

Me re calentás, le digo.
¿Y vos a mí? me reponde.
Llamame, le ordeno.
¿Te parece?

Me da vuelta sobre el sillón e intenta metérmela por la cola. Así, sin siquiera un chorro de "Cocinero". ¿¿Qué hacés?? le pregunto. Y no llega a hacer nada, porque lo llaman al celular. Ya subo, ya subo, lo escucho decir.

Mientras Casi Fede 02 se está cambiando, aparece el sucio. Me empiezo a vestir. Él trata de agarrarme, pero le grito que me suelte.

Casi Fede 02 desaparece de la escena.

El sucio me pregunta qué me pasa, por qué estoy tan ofendida.

Es que ni siquiera me gustás, le respondo; encima que te cogí de favor, no tuviste la amabilidad de dejarme en mi casa.

Silencio.

Es hermosa, le dice a Fede 19 antes de retirarse, pero la verdad no sé qué carajo le pasa.

Fede 19 y yo nos quedamos solos, de nuevo. Nos besamos un rato vestidos, contra la pared. Me pide mi número de celular y me dice que me va a llamar.

En unas horas.

Fede 19 y Casi Fede 02: Segunda parte.

La cerveza me da ganas de hacer pis, pregunto si hay un baño en la terraza y el sucio que me tirara en Palermo aquella vez, me invita amablemente a mear en una ducha que hay al lado del sauna.

No, dejá, me aguanto; le respondo.

Fede 19 interviene. Se ofrece para acompañarme al departamento del dueño de casa para que pueda hacer pichín ahí. Eso es un caballero.

Bajamos con el ascensor hasta el primer piso. Entramos al departamento y me conduce hacia el baño.

Cuando salgo del mismo, ¡oh magistral sopresa! Casi Fede 02 está en el living. Le pregunto qué hace ahí y dos segundos más tarde nos estamos besando acalorad(ísim)amente.

Fede 19 no duda en prenderse. Me agarra de atrás y me empieza a morder la oreja. Me doy vuelta para besarlo a él también.

En un santiamén (?) estamos los tres desnudos en unos sillones llenos de almohadones.

Amo coger en sillones llenos de almohadones.

Les digo a Fede 19 y a Casi Fede 02 que si el sucio llega a aparecer en la sacrosanta sala, me levanto y me voy.

Fede 19 se calza el forro y me da en cuatro mientras le chupo la pija a Casi Fede 02. Oh sí.

Y en eso estamos, cuando uno de los chicos entra al departamento a avisarle a Casi Fede 02 que llegó su novia.

Él abandona la escena con pena y sin gloria.



Sólo quedamos Fede 19 y yo.

Fede 19 y Casi Fede 02: Primera parte.

Sábado, 18.30 hs: Estoy haciendo una investigación sobre Carlos I de Inglaterra, cuando suena mi celular. Es Fede 09. Me dice que está con unos amigos cerca de mi casa, si no me quiero dar una vuelta.

Tengo que terminar este trabajo, le explico. Recién lo empiezo y quedé en mandarlo hoy por mail. Cuando termino, te llamo.

21.00 hs: Termino mi investigación, la envío por mail y corro a bañarme. Desde la ducha, escucho mi celular y sé que es Fede 09, solicitándome. Cuando salgo, lo llamo.

¿Con quién estás? le pregunto. Con unos amigos, me responde.


¿No estarás con los sucios esos que el día de los ocho me dejaron tirada en pleno Palermo, en vez de dejarme en mi casa, no? le pregunto; pero Fede 09 no sabe de qué carajos le hablo.

No importa.

Me tomo un taxi hacia el lugar indicado. Es a 30 cuadras de casa, ¿eso es cerca para Fede 09? Estos chicos de Shan Ishidro; para ellos, de Palermo para abajo es todo lo mismo.

Llego finalmente al lugar, Fede 09 baja a abrirme. Está bastante poco producido, pero no deja de ser Fede 09, sin duda uno de mis favoritos. Un miembro vitalicio de la Federación.

Subimos por el ascensor hasta el piso 9 y uno más por la escalera hacia la terraza.

En las escaleras, me arrincona contra la pared, me baja la remera y me empieza a chupar las tetas. Le bajo el pantalón y le chupo la pija. Hasta el fondo.

Vemos una luz, parece que alguien fuera a bajar; le subo los pantalones en un segundo y seguimos subiendo hasta la terraza.

El clima con el que me encuentro, me sorprende mucho. Parece una reunión casi familiar. Incluso hay una pareja agarrándose de la manito. Fede 19, el dueño de casa, Casi Fede 02 (apenas lo veo pienso Te cojo), otro con cara de que no la pone desde el día de Acción de Gracias...y el sucio que me tiró en Palermo el día de los ocho.

A vos te conozco, le digo y no tardo en echarle en cara adelante de todos los presentes la grasada que hizo.

¡Me dejaste en Santa Fe y Scalabrini Ortiz en vez de traerme hasta mi casa! exclamo. Él parece estar sorprendido ante mi reproche. Me pregunta si estoy ofendida en serio. Después me pregunta de qué me quejo, encima que tuvo la amabilidad de acercarme; si no era por él me quedaba en Shan Ishidro.

Qué lacra, no le podés decir eso a una mina.

Pero quiero que seas realista, insiste.

Soy realista, boludo; le contesto; No me toques, no la vas a poner.

And the winner is...!

Querida lulu:
(no se de q es lulu si de luciana, de lucia, de lucrecia....en fin)

Queria anotarme para su concurso "garchuliando por un sueño", notese q altere el nombre porque suena mas fino espero q eso sume, con el fin de participar y en el caso de ganar cumplir mi pequeño sueño, que mas que sueño es una fantasia erotica que consta de lo siguiente: Viajar en un tren (tipo el sarmiento) con un vagon lleno de minas balas (definicion de balas: lesbianas que quieren cojerme a mi y a otras lesbis juntos), y tener sexo salvaje con las ventanas abiertas para sentir el frio en los huevos, o si ese sueño no se puede quiero una barra de chocolate.

El comienzo

En mayo de 2007, descubrí un blog acerca de un perdedor y sus citas con diferentes mujeres que él identificaba con un mismo nombre. Dos cosas me llamaron poderosamente la atención del mismo: que en el 90% de sus relatos nadie cogiera y que las escasas escenas de sexo estuvieran invadidas por horribles expresiones tales como "entrepierna" o "hacer sexo oral". Qué bueno estaría, pensé en ese momento, hacer algo de este estilo; pero que sean hombres en vez de mujeres y que en los posts pase algo. Que a la hora de hablar de sexo, se pueda decir concha, pija o coger.

Y así fue.

Ese blog poseía, además, un detalle perturbador: los relatos eran fósiles de relaciones sepultadas. A quién carajo, pensé, puede interesarle leer una historia muerta. La gracia es no saber cuándo se termina -ni cómo-, porque en la vida real nunca sabemos cuándo termina. A veces, ni siquiera sabemos cuándo empieza. Mi blog, entonces, estaría escrito en tiempo real.

Una vez, una amiga me dijo que si quería entrar gratis a un lugar, tenía que decir que conocía a Fede, porque en todos lados hay algún Fede. Esa anécdota fue la que me llevó a elegir ese nombre.

Por último, y para que todo fuera perfecto, lo único que faltaba era que el fede inaugural fuera el que me había inspirado con sus historias de garches tristes. La historia de Fede 00 se perdió en una de las tantas mudanzas de blog. Podría reescribirla, pero it´s so yesterday.

Cheers.
Oh sí.

Garching for a dream

¡Hoy termina GFAD gente! ¡No se olviden de mandar sus sueños!



El lunes se conocerá al feliz ganador (y el de la encuesta del peor Fede, ¡Vamos, Cóndor!)



Cheers.

Fede 18: Acabáramos ou iee beibi

Acostados sobre la cama, vestidos, por fin nos besamos.



Empiezo a temer lo peor: Fede 18 es un dos besando. Sólo usa su labio inferior y encima me deja toda babeada. Su habilidad manual me recuerda a un niño bobo tratando de hacer una artesanía en porcelana fría.Y no, no me chupa la concha.

Chau, me voy a la mierda.

Ya estoy pensando en hacerme la boluda y desaparecer del telo. Sé que no va a ser fácil, pero algo se me va a ocurrir. Fede 18 me tiene peteando toda la vida y el gesto no es jamás por él retribuido. Más tarde me explicaría que "a él no le gusta chupar concha" (?) y que "menos viniendo yo de coger con otro, por más precoz que haya sido" (ok, acá sí tiene un punto).

Estoy a punto de decir que me siento mal y quiero ir a cagar a casa, cuando 18 decide ponérmela. Y oh, lo hace bien.

Cuando cojo con un desconocido, me apuro para acabar al principio, como para que no me pase como con 17. Me pajeo a tales fines mientras me coge en cucharita y acabo como si no hubiera un mañana. Bah, ahora que muera cuando quiera, pienso; pero Fede 18 me coge sin parar hasta 10 minutos antes de que se termine el turno.

¿Cuántas veces acabaste? me pregunta, antes de sacármela. No sé, le pregunto. Posta, ya no sé nada.

Lo peteo arrodillada en el piso y 18 hace "la gran Fede Me Cago en la Concha". Osa acabarme en la boca, después del eterno 68.

Otra vez, la escupo sonoramente.

Fede 18 paga en la recepción y yo encaro para la puerta de salida, en vez de para el garage. El inconsciente me ha traicionado.

Durante los escasos minutos que dura el viaje hasta mi casa, me pregunto qué conclusión sacar acerca de Fede 18. Me hizo acabar como nadie lo había hecho desde Fede 05; pero besa para el ortho, no tiene lengua ni sabe hacer artesanías.

Me voy a dormir con ese dilema en la cabeza.

Fede 18: Acabáramos

Estoy desesperada. Me niego a caer en mi pija de goma, me niego. Una mina que está tan buena no puede quedarse caliente.
Sí, puede; y lo sé.

Envío desesperados mensajes a Fede 08 y 09, pero quién va a estar available un sábado a las 12 de la noche. Quién, que tenga todos los dientes y no diga 'si yo tendría'.

Cual deus ex-machina, Fede 18 aparece en mi MSN. Hablamos un rato, me ve por camarita; me pasa una foto, le doy. Gracias al viejo y al nuevo testamento, está al gas esa noche. Le digo que me venga a buscar.

Salgo a su encuentro. En efecto, es lindo pibe. Nos dirigimos a un bar cerca de casa. Tomamos algo y charlamos durante un montón de tiempo. De cosas que no tienen nada que ver con sexo. Hablamos mucho de la salud, de los dientes (él es dentista) y de la vida. Nada de chamuyos, nada de pijas ni culos.

Recibe un mensaje. Cagamos, pienso. La novia diciéndole Pichi vení a masajearme la argosha.

Pero no.

¿Vamos? me dice. Parece apurado. Paga y vamos al auto.
Aún, cero contacto físico.

¿Conocés un lugar por acá, para ir?

Ah, ¿querés decir UN TELO?

Sigue derecho por Rivadavia, estaciona, pero oh-vengativo-Señor; está hasta las tetas. Nos volvemos.

De mi billetera saco un descuento para un telo cerca de mi casa. Se lo muestro. Nos dirigimos ahí.

Pide una habitación y yo le doy el descuento al señor que nos atiende. Ya que no voy a pagar un peso, pienso, al menos ayudo a que se ahorre unos diez mangos. Fede 18 saca re contento un billete; pero el señor le avisa que paga cuando se va, lo cual no tiene sentido porque nadie tiene ganas de pagar cuando ya descargó. Anyway.

Entramos en la habitación. Y todavía no me dio ni un beso.

Fede 17: Las segundas partes nunca son buenas

Llegamos a su casa, cogemos.
Pero oh, él acaba precozmente.
Y no, no hay segundo polvo.

Te quedaste re caliente, me dice al verme refregarme contra él. Dame diez minutos, Lulú. Diez minutos y te cojo de nuevo.

Me voy a armar uno, dice; y se dirige hacia la mesa. Desde la cama de cemento, lo veo armarse el porro.

Ahora va a venir a sacarme la calentura con todo el aliento a marihuana, pienso, y me pregunto si no tendrá un teletransportador en el sótano.

En efecto, viene junto a mí sobre la cama de hormigón y me da un beso de porro.

Me acaricia, me chupa la concha; estoy on fire, pero mal. Se pone un forro, que resulta estar seco. Abre el otro, el último, y también está seco.

Y sí, boludo, cuando comprás forros cada diez años pasa eso, viste.

¿Qué hago? me pregunta.

Vestite y bajá a comprar, razono.

¿Y vos te quedás acá? Bueno, qué sé yo, confío en vos.

¿Confío en vos? ¿De qué tiene miedo? ¿De que me fume su marihuana de 100 dólares los 100 gramos?

Si querés bajo yo, le digo.

No, no, responde; voy a llamar por teléfono para que los traigan a casa.

Bueno; si tenés un delíveri de forros, genial.

Ah, pero hay que ver dónde me dejé el número de teléfono.

17 camina desnudo por la casa, mientras busca el número del delíveri de condones. Yo me levanto, con una cara de culo notable y empiezo a vestirme. Para cuando logra llamar, ya estoy toda vestida, sentada en la mesa, hojeando una revista.

Acá, en esta revista, hay una mina que escribe de sexo; me muestra. Se llama Lola. Parecido a Lulú, ¿viste?

Leo la nota y me parece una pelotudez, de acá a Puente Alsina. Te cuenta como una gran novedad que a los tipos les gusta que le metan el dedo en el culo, pero por favor. Son pocos los tipos que, como Fede 00 (el pesado, neurótico elemental o como lo quieran llamar) estrenan el culo recién a los 36 años. Déjense de joder, loco.

Para cuando llegan los forros, ya me leí toda la revista. Fede 17 se da cuenta que estoy molesta, pero no sabe qué hacer. Es demasiado difícil darse cuenta que para una mujer es una mierda que acaben precozmente y la dejen así, con el orgasmo inconcluso. Mirá, te hago un cuadro de doble entrada, así lo entendés.

Fede 17 está con los forros en la mano, los apoya sobre la mesa.

Bueno, ya pasó el momento, dice. Ahora, vamos a rockear.

Todo bien, le digo; pero yo me voy a mi casa.

¿Por qué? pregunta

Mirá, no me voy a ir a un concierto con un flaco que ni siquiera me hizo acabar como la gente.

Bueno, te bajo a abrir.

Durante los minutos que tardamos en bajar, me pide disculpas. No le contesto. En la puerta, le doy un beso en el cachete y me voy.

Lo siento, me dice mientras me ve alejarme en la calle.

No me doy vuelta.

Fede 17: El revolcón en el heno

¿Te venís para mi casa? me pregunta Fede 17, como si su casa quedara en el confín del mundo.

Pará, ¿dónde vivís? le pregunto, pensando que me va a decir Villa Ortuzar, o algo así.

En Palermo, responde.

Pero sí, boludo. Todo bien.

Qué educados son los tipos del interior. No todos, claro; mi ex es del interior y es capaz de agarrarse a piñas por $5. Pero bueno, salvo Cóndor, creo que en general la gente del interior es mucho más amable que los porteños. Fede 17 es un claro ejemplo de eso. Es del interior y es súper amable.

Llegamos a su casa y se lamenta no tener Coca-cola o algo para picar. Le digo que no pasa nada, que no sabía que iba a tener visitas. Salimos a comprar algo. Yo insisto en pagar porque le digo que necesito cambiar plata para el taxi a la vuelta, pero me dice que no me preocupe, que él me va a dar plata para eso. Igualito a Cóndor, pienso, a quien había que amenazar con un arma para que pagara apenas sus gastos (ni hablar de que te pague algo; pero ni hablar).

Volvemos a su casa, comemos literalmente a la luz de las velas y mientras estoy en el baño arma el sofá cama, cuyo colchón parece hecho de piedra pómez.
Nos besamos, nos sacamos la ropa. Yo sé que te voy a gustar, me había dicho 17; e hizo bien en tenerse fe. Tiene una pija hermosa, no es un termo pero pega en el palo.

Fede 17 tiene una actitud muy copada. Me dice que es un desafío cogerme a mí, que estoy acostumbrada a coger de a tres, cuatro, cinco. Que se va a esmerar para cogerme bien. Me dice que me va a meter la nariz en la concha y se me ocurre pensar que está usando una metáfora.

Baja por mi cuerpo, pasándome la lengua. Se queda en mi concha, lamiéndola todo bien. ME METE LA NARIZ EN LA CONCHA y es too bizarre.
Apenas me deja chuparlo un poco a él y me sube encima suyo.
Lo cabalgo mientras me chupa las tetas y acabo re lindo así, arriba de él. Mucho tiempo. No sé si ustedes lo sabían, pero las mujeres no somos como los tipos, que pueden tener orgasmos de dos segundos, las mujeres podemos estar mucho tiempo acabando. ¿Sabían? Ah bueno, me alegro.

Fede 17 acaba justo después de mí, como si fuera a llorar. Eso no está tan bueno, pero lo pasamos por alto.

Qué olor a sexo, me dice. Yo no siento nada, pienso.
Qué olor a sexo, repite. Ah, debe ser porque te metí la nariz en la concha.

Sin palabras.

Se empala enseguida y me echa otro. Doggy-style. Se la pasa halagando mi culo, mientras me coge. Cucharita, me toco y acabo de nuevo. Al rato acaba él, de nuevo como si llorara.

Hay un tercer polvo, también mucho perrito, también muchos halagos a mi culo. Terminamos al mismo tiempo, uno de nosotros como si estuviera llorando.

Mientras esperamos que llegue el taxi que llamé quiere echarme otro, pero el forro está seco. Qué suerte, pienso; la verdad que no doy más.

Nos despedimos a los besos en la puerta.

Apertura de "Garchando por un sueño"

Los participantes tienen tiempo hasta el próximo viernes (16/05) para enviarme un mail en el cual me cuenten qué fantasía tienen conmigo. Esta puede ir desde embadurnarme en polvo pédico hasta debatir acerca de termos durante una hora.

Ganará el que me mande el "sueño" más copado y el premio será, precisamente, poder cumplirlo.

Mandame tu sueño a rubialulu@gmail.com

Nota: Los requisitos para participar son: tener entre 21 y 35 años, bulo o auto y partir de un tamaño standard. Los Fedes o Casi Fedes no pueden participar.

Fede 17: Memorable

Garcharse a un compañero no tiene precio. Quienes lo hayan hecho, saben de qué les estoy hablando.

Alguien menciona mi blog, adelante de todos. Dice que me debo coger 200 tipos al año, que cuento todos los detalles y que soy, sin duda, una mujer maravillosa. Se escuchan murmullos y sólo sobresale la voz de un pibe que repite sorprendido CUATRO DEDOS en el orto (*)???

Cuando termina la clase, un compañero se queda preguntándome sobre el tema y enseguida pronostico que esa noche se romperá mi record de 96 hs sin sexo. Me invita a tomar algo y le digo que sí.
Nos vamos caminando para el lado de mi casa.
Nos sigue uno de nuestros compañeros, que está totalmente en pedo.

Vamos todos a coger a mi bulo, dice el borracho.
Estás en pedo, le digo. Estás en pedo y encima sos puto.
Soy puto pero de vez en cuando se me para con una mina también, me contesta antes de sacar una botella de su mochila.

Fede 17 está con su bicicleta. Dale, te llevo sentada en el caño; me dice.
Le respondo que se deje de joder, que vaya caminando al lado mío con la bici en la mano.

Nuestro compañero borracho desaparece de la escena. Llamame cuando llegues, le digo; así me quedo tranquila que llegaste bien. Aún en pedo reconoce que no tiene mi celular; no está tan quebrado, después de todo.

Fede 17 me dice que soy hermosa y le retribuyo el cumplido. Él también está muy bien; aunque tiene una nariz, digamos, importante, no le queda mal. Además, como digo siempre, las narices ya no me asustan para nada a esta altura de mi vida. Es el tipo de chico que invita a una buena cogida: tiene el pelo y los ojos marrones, es flaco pero bien fibrosito, alto. Lo mato.

Qué hermosa que sos, pendeja; me dice en una esquina, y entre otras cosas que dice de mis ojos y mi boca, me da un beso. Ahora los planes dejaron de ser "ir a tomar algo".

Deja la bici encadenada a un poste y nos tomamos un taxi hacia su casa.

Nuevo ciclo

Vuelve "Garchando por un sueño"

(Del inglés: Garching for a dream)

Más información a la brevedad.

Casi Fede 01

De haber sabido que Casi Fede 01 tiene un C.I. de 182, nunca habría aceptado su invitación. Pero no, tengo que enterarme ahí, en su casa, sentada al lado de la heladerita sobre la cual reposa una caja de Prime.

Casi Fede 01 no es David Muñoz, pero tampoco guarda su rostro el parecido sorprendente a Condorito que tiene mi ex cuando se afeita. Podría ser el hijo de Fede 00 y debe tener en todo su cuerpo la mitad de la grasa que Chongo 1 acumula en su abdomen. A lo que voy es: soy consciente de que he comido cosas mucho peores.

Saca una botella de Coca Light de la heladerita sobre la cual reposan los Prime grises y sirve dos vasos. Hablamos. Me cuenta que se licenció a los 19 años y que consiguió una beca para doctorarse en Barcelona. O algo así. Digo Oh no. Bah, no lo digo, lo pienso. Es inevitable recordar a mi ex y su supuesta super inteligencia, si bien Condor se recibió dos años más tarde que Casi Fede 01.

Es una boludez eso del C.I., asegura Casi Fede 01. A mí me da altísimo y soy un boludo igual. No me cabe duda. Eso es lo odioso de las personas con C.I. superlativo: te resuelven un problema en un minuto, pero después se quedan sin sal a la hora de la cena y se ponen a llorar.

Casi Fede 01 se sienta al lado mío. Me pregunta si me gusta y le doy a entender que no. Le chupa un huevo y me besa igual. No me da para sacarle la cara, porque como dije arriba, he comido cosas mucho peores. Además, es bueno besarlo porque entonces ya no me quedan dudas de que no me calienta.

Le agarro la mano y le digo que lo siento pero no. Vuelve a besarme, así que no me queda otra que pedirme un taxi.

Ya de vuelta en casa, lo veo conectado. Qué bajón, me dice, yo quería estar con vos.
Bueno, son cosas que pasan, nada; respondo.
Pero me cayó como un balde de agua fría, quería que pasara algo.

Qué sé yo.

¿Hice algo mal? ¿Qué fue lo que pasó? ¿Eh?
No te dio bola una mina que pensabas que te ibas a coger, eso es todo. No es que tenés que ver cómo vivís con eso.

No, ya sé.

(...)

Pero me gustaría tener otra oportunidad...¿Lulú? ¿Lulú, estás ahí?

La orgía donde no me cogieron.

Somos cinco, me dice. ¿Te la bancás?
Le digo que hasta ocho no hay problema, pero eso sí: si alguno de los cinco no me gusta, obviamente no la pone. Ya aclarada la cuestión, me cita en un bar de Belgrano.

Llego y no me cuesta identificarlos. Cinco hombres tomando cerveza, con una silla libre en la mesa.

Los saludo y todos me miran.

Tomamos algo, charlamos, los observo. De los cinco, me calienta sólo uno; a dos de ellos me los cogería por simpáticos y a los otros dos no les doy at all.
Apenas nos levantamos para abandonar el lugar, le comento al chongo que me convocó (chongo 1) que él y sus dos amigos pueden acceder a la fedicidad, pero no los otros dos.

Chongo 1 es muy copado y, cuando llegamos al auto, me manda al asiento de adelante, a upa del que me gusta (Chongo 2), quien se pasa todo el viaje en tu tú masajeándome la argolla.

Llegamos a un depto que no es otra cosa que el bulo de los que no me quiero coger. Los chongos están re contentos tomando helado y Speed, mientras yo los miro con cara de "no voy a pelar nada hasta que estos dos desaparezcan". Chongo 2 está sentado al lado mío y lo quiero hacer mierda, pero sé que no puedo hacerlo delante de los tipos que no me gustan porque tarde o temprano se van a prender.

Otro de los elegidos, Chongo 3, propone ir a su bulo; pero 2 avisa que no va a poder asistir porque lo acaba de llamar la novia. Qué suerte de mierda.
Me despido de Chongo 2 a los besos y queda en llamarme.

En un periquete (?) llegamos al bulo de Chongo 3. Sobre su cama de dos plazas, él y 1 me desnudan y me llenan el cuerpo de aceite de bebé.
En algún momento, Chongo 3 expresa su incomodidad al imaginar su "bolsa" chocando contra la de su amigo y creo que es en ese momento cuando la idea de penetrarme desaparece de la sala.

Chongo 3 también desaparece de la sala. Mientras 1 me da unos masajes increíbles, 3 anuncia que se va a cagar y no lo vemos durante media hora.
Cuando regresa, Chongo 1 está entre mis piernas, colándome el tubo de gel en la concha y cuatro dedos en la cola. 3 comienza a acariciarme las tetas y me habla. Qué lindos ojos tenés, me dice, qué divina que sos, ya te voy a agarrar solita.
No sé cuánto tiempo me paso acabando; pero durante todo ese tiempo Chongo 3 me tapa la boca y no me deja respirar, lo cual -descubro- me excita más.

Cambian posiciones. Chongo 3 le pone un forro al tubo de gel y se posiciona entre mis piernas mientras 1 me aprieta fuerte los pezones. La escena se repite tal cual.

Después de hacerme acabar, Chongo 1 va al baño. 3 se queda limpiándome como si fuera una nena.

Les pregunto si me pueden llamar un taxi, pero oh magistral sorpresa, me dicen que me llevan a casa.

Oh sí.

Pija y plata

El hombre no se da cuenta lo pelotudo que queda haciéndose el poronga cuando no tiene bulo o cuando porta una pijita.

Pija (no pijita) y plata es lo que quieren las minas; quien carezca de alguna de las dos, deje de aspirar al sexo como deporte y consígase una raqueta de tenis.

Gracias.

Fede Me Cago en la Concha

El viernes después de la radio, pasa a buscarme FMCELC. Me abre la puerta como un verdadero caballero y pienso, erroneamente, que será igual de gentleman en la cama.

No, no.

Vamos directo a su casa, de acuerdo a lo convenido telefónicamente. Fede Me Cago en la Concha tiene un lindo bulo. Me trae un vaso de algo con sabor a melón y hablamos durante dos minutos y un cuarto, momento en el cual se abalanza sobre mis tetas como si no hubiera un mañana.

Me besa, me chupa las tetas; todo al mismo tiempo, casi. Pela la pija y se la chupo hasta que anuncia que nos trasladaremos a la cama. Allí me cuela un poco los dedos, mientras lo sigo peteando. Eventualmente, se pone un Prime lubricado y me invita a danzar sobre su tronco standard.

FMCELC está abajo mío y es como cogerse a un muñeco bronceado. El famoso "muertito" que a todos nos toca en algún momento de nuestras vidas.

Harta de cabalgarme al occiso, lo invito a cambiar de posición. FMCELC me agarra en cuatro y más tarde me comentaría que mi concha tiene poco recorrido, que se topa con el final de la misma antes de lo que sería deseable.

Miro el instrumento de FMCELC y pienso que mi poronga de goma es más grande y me entra hasta el fondo, así que nada.

En el entretiempo nos quedamos desnudos, sin tocarnos, hablando de trivialidades varias. Me pregunto si no tendrá un teletransportador en el sótano, que en un segundo me lleve a mi andamio junto a mi oso rosa. Pero lo considero improbable.

Digo algo acerca de irme, pero él responde que me va a coger una vez más.
Sé que hay escasas posibilidades de que esta vez FMCELC recapacite y me chupe la concha; pero resulta que esta vez, no sólo continuamos en un eterno 68, sino que esta vez ni siquiera me cuela los dedos. Fede Me Cago en la Concha cree que yo me caliento, no sé, del aire, por obra y gracia del Espíritu Santo, go one to know.

Repetimos la sesión de garche al occiso, yo me pongo a pensar en el partido de Boca y en la fecha de vencimiento de la luz cuando, inusitadamente, FMCELC resucita. Viene encima mío y comienza a darme cual conejo de Duracell, con la desesperación de quien no la coloca desde Navidad.

Eventualmente, se le empieza a bajar la pija y se la chupo para que reviva. Me doy cuenta que el muy cretino piensa que me va a acabar en la boca después de no haberle siquiera hablado a Pocha. Yeah, right. Cuando acaba, le escupo sonoramente su propia leche sobre su panza.

Ojalá reencarne en una mina y coja eternamente con tipos como él.

Me matan.

Los tipos que me mandan mails diciendo que reunen todas las condiciones para ser Fedes y resulta que son gordos y tienen un maní. Conchitumá, ¿no dicen las "bases" que el exceso de barriga y la carencia de pija te dejan out of the federation dream?

BTW, sigo gozando aquí.

Por fin, boludo.

Por fin conocí este tipo.
Y cogimos así.

QQF: Sesso.

Después de hablar un rato en la cocina, QQF agarra un mini-disc con unos auriculares (?) y nos metemos en su habitación.

Me pone los auriculares, me mira y me acaricia la cara. Ah bueno, este pibe está del ortho, pienso. Me habla.
No te escucho, le digo; con la música te veo mover los labios nada más.
Me dice que no importa, que escuche la música (?).
Por suerte ese momento absurdo no dura demasiado y enseguida me besa.

QQF es un 10 besando. Me apoya contra unas cajas o no sé qué coño, me apoya como si no hubiera un mañana. Se me desacomodan los auriculares a la mierda y, finalmente, vamos a la cama.

Me saca parte de la ropa y, encima mío, me besa y me da pijazos (sin metérmela, claro, porque como dije al principio de la oración, todavía estamos medio vestidos).
Me saca la ropa medio a lo bestia, me chupa las tetas y después las piernas. Cuando me empieza a pasar la lengua por la panza, presagio una sesión de chupada de concha coming soon y, felizmente, no estoy equivocada.

QQF lengüetea un rato, mientras me retuerzo en la cama y me aprieto las tetas.
Le digo que "ahora me toca a mí", pero me responde Si me chupás la pija, te acabo.
Ah bueno.
Elegí, me dice.

No, no, está bien; cogeme.

Igual, hago trampa y mientras busca el forro se la chupo un poco.

QQF viene encima mío, me mete y me saca la pija como en las películas porno. Siento que me voy a morir.
Finalmente me coge fuerte, como a mí me gusta y creo que no duramos un carajo ninguno de los dos.

Me pregunta si acabé, qué amor.

Nos quedamos charlando hasta las seis de la mañana, vestidos porque hace frío. Y es lo último que les voy a contar de él.