Casi Fede: conchitumá.

Miércoles por la noche. Estoy mandando SMS a todos mis contactos para contarles del libro de RL, la radio etc. Todos los federos responden cosas del estilo de "hay que festejar", "hay que ponerla", "oh sí, Lulú, oh sí". Casi Fede, sin embargo, es más explícito:

Si querés, festejamos sin sexo (?)
Mi novia está enferma y sabés que odio cocinar para uno.

Festejar sin sexo. Yeah, right. Casi Fede, el célibe, supuestamente no iba a tocarme un pelo el sábado y terminamos frotándonos las lenguas. Hoy a la mañana me dijo que le había gustado mi beso, que le había gustado que buscara su lengua y que se había quedado con ganas de tocarme las tetas. Horas más tarde, me invita a su casa. Sin sexo eh; claro, y yo soy Erasure.

Me pongo un vestido bien escotado y me tomo un taxi hacia su casa. Compro una coca en el camino.
Casi Fede me abre la puerta en joggins. Definitivamente, no es mi tipo.
Mientras prepara la comida, escucho Estopa en su PC.

Nos sentamos a la mesa y me aseguro de tener las tetas apoyadas sobre la misma todo el tiempo mientras como. No sé de qué hablamos. Él habla mucho y yo empiezo a tener la terrible sospecha de que toda la velada transcurrirá sin intercambio de fluidos.

Terminamos de comer y propone ver una película. Una película, mmm, es el chamuyo más conocido del mundo Vení a casa a ver una peli meaning Vení a mi casa y te cojo.

Tira un colchón frente a la laptop y nos tapamos. Él prende un porro. Si bien toda la situación da para el pijazo, nuevamente tengo una visión: este pibe no me va a tocar un seno.

La película es una porquería. Lo miro de reojo, ni me mira. Yo estoy cagándome de frío, asomando las tetas a propósito y el chabón con todos los sentidos en la película de mierda.

Me incorporo en la cama. Él no se mueve. No sé si se está haciendo el poronga o está esperando que lo viole, de todas maneras soy consciente de que el pibe no me movería un pelo si no fuera porque no me quiere coger.

¿Te jode si me voy? le pregunto. No, no me jode.
Le pido que me llame un taxi y no tarda en hacerlo. Empieza la sesión de disculpas.
Perdoname, me dice. Si alguna vez querés hablar con alguien que no quiera estar con vos para coger, me podés llamar.

No es ese el punto, le digo.
¿Vos pensaste que iba a pasar algo? pregunta, como un pelotudo. Le recuerdo lo que me dijo esta mañana sobre sus ganas de tocarme las tetas.

Ah...perdoname, repite.
Todo bien, respondo.
Soy un boludo.

Esperamos el ascensor. Soy un gil, me dice mientras pone una mano en el hombro.
Todo bien, boludo, insisto.

En la puerta del edificio, cuando nos despedimos, medio que me abraza y se sigue disculpando.

Yo la pasé bien con vos, me dice.

Yo no, respondo. No se la esperaba.

Me voy.