Fede: Plan B

Sábado a la madrugada. Luego de la "evacuación y éxodo" de Fede 02, considero las opciones que me quedan para esa noche. El plan B sería salir con Fede, el chico que me había llamado unos días antes y que yo había rechazado por Fede 02.

El plan C sería Fede 01 (su depresión post-coito lo ha devaluado); el plan D o E sería el chico del departamento con vista a las costas de África, el que acababa en inglés, ¿se acuerdan? También hay un pendejo de 19 años sin auto o depto, que ni siquiera está bueno; pero esto ya sería un plan Y o Z.

Fede me dice que está con unos amigos y exclama esa frase que tiene encanto en sí misma: Te pasamos a buscar.

Fede tiene, a diferencia de Fede 02, una noción certera del paso del tiempo; por lo cual 20 minutos en el idioma de este chico son, en efecto, 20 minutos.

Arrancamos bien, pienso; el pibe está bueno, los amigos están buenos y me pasa a buscar en tu-tú. Durante el viaje hacia un bar de Olivos les cuento el suceso de evacuación y éxodo de Fede 02 y ellos prometen darse una vuelta por el blog.

Fede rechaza el billete que saco para pagar mi entrada al bar y yo agradezco. Hasta hace poco me molestaba que los tipos me pagaran, pero ahora me gusta. Estoy más exquisita, me doy cuenta. No podría volver a caer en un
Fede 01, definitivamente.

De los dos amigos de Fede, hay uno que me gusta enseguida: es alto, carilindo y bonito. Me pregunta si todavía tengo las medias de liga puestas.En la barra, este amigo potente se me acerca mientras Fede saluda a unos amigos. Tapate el lunar, que me pongo loco, me dice. Se refiere al lunar sobre mi teta derecha, expuesto en el grosero escote que tengo puesto. Yo hago lo que hago siempre que mencionan mis tetas: las muevo. Se queda como hipnotizado. ¿Qué onda? pienso, ¿esto termina en tricota, o qué? Fede vuelve y yo halago sus rulos.

Él me devuelve los halagos y me besa. Me pregunta qué quiero hacer (una forma indirecta de decir ¡¿vamos?!) y yo lo invito a casa. ¿Y qué hacemos con el amigo que se prende fuego? Nadie dice nada.

Fede es lindo, muy tierno y al mismo tiempo una maquinita sexual (me echa 4 en tres hs y si no lo bajo a empujones del andamio, me echa el quinto). Me mira mover los pies en la cama, boca abajo. Lo que tenés vos, más allá de tu físico, me dice, es que sos muy linda de cara.

Pasadas las 7 de la mañana del domingo, nos despedimos en la puerta de mi casa. Le pregunto si quiere volver esa noche, pero me dice que le toca estar con la novia.

Me gustaría preguntarle si no tiene ganas de mandar a su amigo potente al banco de los suplentes, pero tengo miedo de que le caiga mal. ¿Qué carajo voy a hacer hoy a la noche? pienso, mientras nos despedimos. Bueno, por lo pronto, dormir. Y mientras camino de vuelta al andamio me doy cuenta de que me quedó doliendo hasta el pelo.