(Nota: Importante ver definición de "se prende fuego" en el Lululario.
Gracias. )
Si tuviera el ego de un célebre literato que no soy y en mi barrio no me reconociera ni el verdulero, diría que Fede on fire es mi "groupie". Sin embargo, apártame Alá de las pretenciones estúpidas de escritores con barriga y poca pija. Puedo decir de Fede on fire, simplemente, que se prende fuego.
Apenas subimos al ascensor que conduce a su piso, me dice Sos mucho más linda en persona que en foto y me besa.
Por fin, pienso. Después del negro que no besaba, acá tengo un rubio que me recibe a lengüetazos. Oh sí.
En su departamento, me sirve coca light y nos sentamos en los sillones a hablar sobre mi ex laburo mientras una gata (o debería decir "otra gata") recorre el lugar.
Me levanto para tomar una de mis tarjetitas rosa de la cartera y cuando él se levanta también para recibirla, noto que se encuentra altamente empalado.
Ah bueno, veo que el tema de mi ex laburo te re excita, le digo.
Vos me excitás, boluda; me dice.
Medio que lo tiro sobre el sillón y nos empezamos a desvestir mientras nos besamos. Mete la cabeza entre mis tetas y me dice que lo voy a asfixiar.
Le desabrocho el cinturó y cuando pela finalmente la pija, me dice No será un termo, pero...
Sin duda, conoce muy bien mis blogs.
Te quiero chupar la concha, anuncia. Me pone en cuatro y primero me lengüetea toda la cola. Después me dice que de vuelta y me siente y ahí continúa cunnilinguleando.
Me doy cuenta que rompo mucho con la importancia de que me chupen la concha y después, cuando me lo hacen, a los dos minutos quiero que me la pongan. Pero qué jodida que soy.
Fede on fire está sentado sobre el sillón y me dice: Cabalgame como si no hubiera un mañana. Le digo que no sea hijo de puta, que no me haga reir. Pero le hago caso.
No tanto, en realidad, porque algo ocurre y ese primer polvo es por demás precoz. Apenas cambiamos posiciones y me da en cuatro, cae rendido sobre mi espalda mientra se disculpa por la brevedad del asunto.
Le digo que no hay problema. Y lo digo en serio.
Tomamos más coca y hablamos un ratito más a plena franela. Fede on fire es un diez besando. No sólo eso, tiene boca altamente calentante; todo él se prende fuego. Es rubio, más blanco que yo, tiene ojos claros y unas facciones y una piel envidiables. Ni siquiera me gustan los rubios, pero este se auto-parte.
Felizmente, no pasa mucho tiempo para el segundo dust de la tarde. Esta vez sí lo cabalgo como si no hubiera un mañana y al día siguiente confesaría que de tanta fricción le depilé las piernas. Recién durante ese revolcón me hace acabar...una, dos, tres veces.
Durante el franeleo poscoital, me levanto para recibir un sms de Fede, a quien respondo Estoy garchando. Fede me responde que ojalá me chupen la argolla como yo me merezco y que si le respondo es porque estoy con un chongo del horror.
No le respondo, obvio.
Cuando vuelvo a sentarme al lado de Fede on fire, él me dice Aprovecho la interrupción para decirte que estás re buena.
Nos quedamos medio reventados en el sillón, hasta que yo me visto y anuncio que le voy a bailar.
Oh sí.
Fede on fire: Primera parte
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