Fede 19 y Casi Fede 02: Primera parte.

Sábado, 18.30 hs: Estoy haciendo una investigación sobre Carlos I de Inglaterra, cuando suena mi celular. Es Fede 09. Me dice que está con unos amigos cerca de mi casa, si no me quiero dar una vuelta.

Tengo que terminar este trabajo, le explico. Recién lo empiezo y quedé en mandarlo hoy por mail. Cuando termino, te llamo.

21.00 hs: Termino mi investigación, la envío por mail y corro a bañarme. Desde la ducha, escucho mi celular y sé que es Fede 09, solicitándome. Cuando salgo, lo llamo.

¿Con quién estás? le pregunto. Con unos amigos, me responde.


¿No estarás con los sucios esos que el día de los ocho me dejaron tirada en pleno Palermo, en vez de dejarme en mi casa, no? le pregunto; pero Fede 09 no sabe de qué carajos le hablo.

No importa.

Me tomo un taxi hacia el lugar indicado. Es a 30 cuadras de casa, ¿eso es cerca para Fede 09? Estos chicos de Shan Ishidro; para ellos, de Palermo para abajo es todo lo mismo.

Llego finalmente al lugar, Fede 09 baja a abrirme. Está bastante poco producido, pero no deja de ser Fede 09, sin duda uno de mis favoritos. Un miembro vitalicio de la Federación.

Subimos por el ascensor hasta el piso 9 y uno más por la escalera hacia la terraza.

En las escaleras, me arrincona contra la pared, me baja la remera y me empieza a chupar las tetas. Le bajo el pantalón y le chupo la pija. Hasta el fondo.

Vemos una luz, parece que alguien fuera a bajar; le subo los pantalones en un segundo y seguimos subiendo hasta la terraza.

El clima con el que me encuentro, me sorprende mucho. Parece una reunión casi familiar. Incluso hay una pareja agarrándose de la manito. Fede 19, el dueño de casa, Casi Fede 02 (apenas lo veo pienso Te cojo), otro con cara de que no la pone desde el día de Acción de Gracias...y el sucio que me tiró en Palermo el día de los ocho.

A vos te conozco, le digo y no tardo en echarle en cara adelante de todos los presentes la grasada que hizo.

¡Me dejaste en Santa Fe y Scalabrini Ortiz en vez de traerme hasta mi casa! exclamo. Él parece estar sorprendido ante mi reproche. Me pregunta si estoy ofendida en serio. Después me pregunta de qué me quejo, encima que tuvo la amabilidad de acercarme; si no era por él me quedaba en Shan Ishidro.

Qué lacra, no le podés decir eso a una mina.

Pero quiero que seas realista, insiste.

Soy realista, boludo; le contesto; No me toques, no la vas a poner.