Fede 20 cm: Primera parte

Fiesta en la casa de unos amigos. Tengo leche acumulada de toda la semana y escasas esperanzas de liberarla. Estoy en la barra, junto a Fede 16, que está haciendo tragos. Salvo él y QQF, no conozco a nadie ahí.

O eso creo.

Veo a lo lejos la silueta de una mina que enseguida identifico como una ex compañera de trabajo. De los laburos y de las relaciones siempre se sale para el ortho; el perfil egipcio de la mina, su inconfundible falta de masa muscular superior delantera y su flequillo so yesterday me dicen que es imposible que se trate de una confusión: es ella. Y la puta madre que lo parió.

De todos los lugares que hay para salir en Buenos Aires, me la vengo a encontrar justo acá, justo en la casa de mis amigos.

Capaz no me ve, pienso. Estoy con otro tipo de ropa, arreglada diferente, hay bastante gente en la fiesta y mido un metro y medio (ella mide aún menos); las probabilidades de que me vea son escasas.

Sin embargo, Dios, si existe es flor de sádico; la mina se me acerca.

¡Lourdes! grita hiper fallutamente.
¡¡Qué hacés, boluda!! falluteo aún más.
¿¡Qué hacés acá!? Mirá dónde nos venimos a encontrar, ¡qué flash!

Le cuento que soy amiga de los chicos, que me invitaron a su programa de radio y que escribo sobre sexo.
Ay, ¡sos como Alessandra! me dice. Y enseguida se le acerca otra ex compañera de laburo. Casualmente, la que -me enteré- tuvo que cargar con el muerto cuando yo renuncié de un día para el otro. Lo lamento por ella, si mantiene un laburo de mierda no es mi culpa.

Hola, me dice con odio.
Qué tal, respondo, con menos entusiasmo. Me doy cuenta por la forma en que me mira que le gustaría cagarme a piñas. O al menos preguntarme por qué desaparecí así (porque es un laburo de mierda, flaca; ¿por qué va a ser?), pero no me dice nada. Todavía.

Para calmar un poco los ánimos, halago su vestido.
Gracias, me dice. Lourdes, ¿conseguiste otro trabajo?

Esta gente no sabe una mierda de mí, pienso. No sabe que mis amigos me llaman Rubia o Lulú o Lulu, en el caso de Fede. Ni siquiera sabe que me entra una cabeza en la canaleta de las tetas, porque para laburar siempre uso corpiño reductor.

Estoy trabajando en empresas, respondo; e inmediatamente me doy vuelta y me meto en la cocina. Justo lo que quería, pienso, encontrarme con estas conchudas y que me pregunten por el laburo.

En la cocina descubro a una amiga de los chicos. Le cuento lo que me acaba de pasar y mientras me escucha, casi puedo leer en su rostro la pregunta: ¿Por qué esta mina me cuenta todo esto? ¿Se cree que me interesa?

Finalmente, dejo de torturarla y salgo de nuevo al encuentro con mis amigos. Esta vez en un ángulo desde el cual mis ex compañeras no puedan hablarme. Sin embargo, me siguen mirando. La que tuvo que cargar con el muerto, sobre todo.

Cual Deus ex machina se acerca Fede 20 cm, quien en esos momentos intercambia algunas palabras con QQF.

Es mulato. No es el negro de "Raíces", pero definitivamente es lo más cercano a un negro que tuve a garching distance.

Lo mato.