Axel

¿Querés ser mi novia? me pregunta Axel, encima mío, en la cama.
Pienso: ¿y en qué va a cambiar nuestra relación?
Respondo: Depende.

¿Depende de qué?
Si me volvés a coger, sí.

Le chupo la pija como si fuera de caramelo y cuando está bien dura, le digo que se apoye contra el respaldo de la cama. Lo cabalgo mientras me chupa las tetas y acabamos, de nuevo, al mismo tiempo.

Besame, le digo; pero Axel no puede respirar. Me mataste, repite. Yo no le digo nada. En silencio, recuerdo las palabras de Demián, (un ex mío del que guardo un grato recuerdo) quien siempre me decía Lulú, vos estás hecha para coger.