El piloto tiene un viaje de varios días, queda en llamarme cuando llegue.
Ese sábado, alrededor de las 21 hs, me llama. Me dice que quedó muy cansado.
Me pregunta si quiero ir a bailar. Sí, claro, le digo; vamos.
Ay, pero quedé re cansado, me responde. Yo soy más grande que vos, Lulú, no tengo tanto aguante. Pero bueno, si vos tenés ganas...
Sí que tengo ganas, repito.
Bueno, me dice. Aunque no sé, estoy cansado; en serio.
...
No, mirá; mejor me quedo en casa, me dice finalmente.
Pasan unas cuatro horas y recibo un mensaje suyo que dice "Lulú...me deprimí"
Lo llamo.
Apenas puede hablar.
Oa, me dice. Le pregunto qué le pasa. E oé ie-e as-i-as, me dice. Después de un rato, entiendo que me está diciendo que se tomó siete pastillas. En ese estado de absoluta destrucción, me cuenta qu tiene problemas de depresión y que un psiquiatra lo está medicando.
¿Y por qué no me llamaste ANTES de tomarte las siete pastillas? pregunto.
Me responde con su modulación de drogadicto recién inyectado; me dice que para qué me iba a allamar, si yo sólo lo quiero para coger.
Si sólo te quiero para coger, razono, tampoco me llames DESPUÉS de tomarte las siete pastillas.
U-eno, responde. Hace un silencio. Me dice que se está quedando dormido y corta.
Odio esta gente que no sabe manejar su enfermedad y termina jodiendo a otros con ella. Pero siempre pasa; si un enfermo no sacara ventajas de su enfermedad, simplemente se curaría.
El día siguiente, me manda un SMS diciéndome que está mejor.
Me alegro, respondo; y corro a llamar al hijo de puta que me lo presentó.
No vueles más en el mismo avión con este tipo, le ordeno; es un peligro. Un tipo así no puede ser piloto, boludo, está enfermo.
Al principio se lo toma a risa, pero finalmente me pregunta si puede hablar con él de este tema.
Obvio, le digo. De todas formas, yo no pienso volver a cruzármelo.
Con el tiempo, me entero de que "el piloto" entró en Aerolíneas. Espero que haya sido una joda de mal gusto.