La intro:
Cuando tenía 15 años, decidí filmar con mis amigos una novela que yo misma había escrito. Se llamaba "El pentágono de amantes" y era como una parodia de las novelas venezolanas. El galán era mi mejor amigo de la infancia y su personaje se llamaba "Axel".
Siempre me pareció un nombre excitante, aunque mi actor principal alegaba que se trataba de cuatro letras ordenadas arbitrariamente, que podían significar cualquier cosa. "Axel" es como UTN, como IMC o PBI, afirmaba.
La historia:
En la foto que había visto de él, lo había encontrado muy parecido a Fede on Fire, quien está a punto de abandonar el país para alquilar su culo en Europa (o algo así). La pena que me produjera la noticia de su partida, me había motivado a buscarle un clon y en Axel (creía que) había encontrado esa posibilidad.
Llego al lugar y el chico no se parece a FoF ni en lo blanco del ojo. Me gusta, though.
¿Sos Axel? pregunto.
Depende, responde.
¿De qué?
Si estás buena sí.
¿Estoy buena?
No sé.
(...)
Hola, Lulú.
Caminamos hacia un bar cercano y nos sentamos en una mesa con una velita que enseguida se apaga. No tardo en prenderla con mi nuevo encendedor con lucecitas, recién regalado por Padre.
Hablamos relajadamente. A Ax-el (es un nombre para pronunciar despacio) le encanta poder hablar abiertamente con una chica, me dice que todas deberían ser como yo. Me alegra notar que en los últimos días estuve escuchando mucho esa frase.
Ax-el tiene unos ojos hermosos y se lo digo. Me devuelve el cumplido. Más tarde me pregunta si tengo hecha alguna cirugía estética (?), si no me hice los labios. Es el primero en preguntarme eso. Estoy acostumbrada a recibir inquisiciones acerca de la realidad de mis tetas y mis ojos, pero lo de los labios es muy novedoso. Me encanta, obvio.
Será la noche en que nada saldrá de acuerdo a lo que estoy acostumbrada. Mientras Ax-el me habla, tengo ganas de acariciarle la cara y sé que no voy a dejar pasar mucho tiempo antes de estamparlo contra alguna pared. Eso es so unlike me, tan poca Actitud Lulú, pero es lo que siento y se van todos a la concha.
Salimos del bar, la noche está linda para caminar. Un poco fría, pero linda. Ax-el me abraza mientras caminamos.
Apenas lo vi noté que tiene el cuerpo, digamos, "trabajado". Esos chicos que te das cuenta que van al gimnasio.
Le manosería el ortho a full. Pero no lo hago.
Finalmente, llegamos a una esquina. Por acá pasan muchos taxis, me dice; y yo flasheo que me va a llevar a su casa y me lo voy a cabalgar como si no hubiera un mañana.
Con tales fines, me pongo en puntas de pie y lo beso.
Se sorprende.
Se suponía que eso lo iba a hacer yo, me dice. Y bueno, papi, no te voy a esperar toda la vida; pienso.
Franeleamos un poco en la esquina, cual homeless people y ahí sí le toqueteo el culo duro. Oh sí, nene; te cojo.
Caminamos. El trayecto se hace largo.
No sé a dónde carajos me está llevando.
No es Fede, es "Ax-el"
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te cojo