Fede el Breve llega a casa sin una botella de coca. Hablamos de cualquier cosa porque no nos conocemos: es amigo político, nos cruzamos en una fiesta y yo ni siquiera me acuerdo de él.
Tiene la lengua granulada, (cosa que hace los besos más raros que desagradables), y la saliva espesa. Una pena, porque besa bien. Tiene 21 años, hace mucho que no me cojo un chico de esa edad, generalmente no tienen bulo ni auto.
Fede el Breve me chupa las tetas en el futón y apenas le manotea el sogán, me dice Estoy acabando. Chequeo su afirmación y veo un chorro brotando cual huracán de su pija sin casita.
Qué ternor, le digo mientras le doy un beso en la mejilla. Realmente es una ternurita, un pendejo que acaba así y que encima te dice que es porque se excitó demasiado.
¿Siempre te pasa así? le pregunto. No, no; a veces llego a ponerla.
Me muero, boludo.
Y como este es el post de Fede el Breve, el post sobre él posee la misma caracterítica.
Rubia Lulú Retro: Lo bueno, si es breve, es malo.
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